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Consejos y Avisos Legales

CONDUCCIÓN ECONÓMICA.

LA FORMA DE CONDUCIR.

La forma de conducir influye en que el consumo aumente o disminuya sensiblemente.

Tanto en ciudad como en carretera, debe imponerse una conducción económica y que, además de favorecer la seguridad, logre una mayor eficiencia en el uso de los recursos energéticos y sea acorde con el medio ambiente.

En ciudad, la práctica de este estilo de “conducción económica” no lleva aparejado un aumento de tiempo en el desplazamiento al estar condicionado éste por varios factores como pueden ser: la señalización, la densidad de la circulación, etc...

Es más, la conducción económica conlleva un mejor aprovechamiento de las inercias del vehículo que redundará en numerosas circunstancias del itinerario en un ahorro en el tiempo de dicho desplazamiento.

La actitud juega un papel fundamental a la hora de desarrollar la conducción económica, al basarse la ejecución de sus técnicas en dos pilares:

  • la previsión de los comportamientos de los demás en las circunstancias de la vía y
  • la anticipación de las acciones a realizar, en vista de las previsiones realizadas.

Con independencia de las paradas que se realicen para repostar, descansar y reponer energía, la conducción agresiva circulando a grandes velocidades y realizando frecuentes paradas, muchas de ellas innecesarias, es antieconómica porque produce, al final del trayecto, un mayor consumo de carburante, además de resultar de mayor peligrosidad para el propio conductor y el resto de usuarios de la vía.

Técnicas para realizar una conducción económica y acorde con el medio ambiente:

  • Arrancar el motor sin pisar el acelerador.
    • La moderna electrónica de los vehículos regula el encendido. Pisar el acelerador en el arranque del motor implica un desajuste de la electrónica y un mayor consumo de carburante.
    • A continuación:
    • En los motores de gasolina, iniciar la marcha inmediatamente después.
    • En los motores diésel, esperar unos segundos antes de comenzar la marcha (se da tiempo para que lubrique adecuadamente el turbo).
  • Primera marcha.
    • Usarla sólo para el inicio de la marcha; cambiar a segunda a los 2 segundos o 6 metros aproximadamente.
    • En primera se disparan los consumos.
    • Sólo es necesaria para poner el coche en movimiento.
  • Cambios de marchas:
    • Según las revoluciones del motor, se recomienda realizar los cambios de marchas:
    • En los motores de gasolina, entre las 2.000 y 2.500 r/min.
    • En los motores diésel, entre las 1.500 y 2.000 r/min.
    • El cuentarrevoluciones es el verdadero espejo del funcionamiento del motor, por lo que es recomendable prestarle la adecuada atención.
    • En un mismo itinerario, una conducción agresiva puede llegar a consumir hasta un 40% más que una conducción sosegada.
    • Análogamente y de forma alternativa se podrían realizar los cambios, según la velocidad del vehículo:

    • La 2ª marcha a los 2 segundos o 6 metros.
    • La 3ª marcha a partir de unos 30 km/h.
    • La 4ª marcha a partir de unos 40 km/h.
    • La 5ª marcha a partir de unos 50 km/h.
  • Tramos con pendiente:
    • Si la vía presenta pendiente ascendente, ésta opondrá mayor resistencia a la marcha del vehículo, luego en la progresión de marchas se retrasará ligeramente en el tiempo la realización de los cambios (es decir, se cambiará de marcha a un número ligeramente mayor de revoluciones).
    • Si la vía presenta pendiente descendente, ésta por el contrario favorecerá la marcha del vehículo, por lo que, en la progresión de marchas se podrán realizar los cambios con mayor antelación (es decir, a menor número de revoluciones).
  • Realización de las aceleraciones en la progresión de marchas:
    • Acelerar de forma ágil e inmediatamente tras la realización del cambio de marchas (hasta el 50-75% del recorrido del pedal acelerador, según el vehículo y las circunstancias de la marcha, pero sin llegar a pisar hasta el fondo, ya que daría lugar a mayores consumos de carburante).
  • Utilización de marchas largas:
    • Circular lo más posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones.
    • Para llegar antes a las marchas largas, no supone ningún problema técnico para el motor del vehículo la realización de saltos de marchas.
  • Saltos de marchas:
    • En función de la velocidad de circulación del tráfico existente podrá ejecutarse el cambio de 2ª a 4ª relación de marchas o de 3ª a 5ª.
  • Velocidad de circulación lo más uniforme posible:
    • Buscar fluidez en la circulación; evitar todos los frenazos, aceleraciones y cambios de marchas innecesarios.
    • Se ha de moderar la velocidad de circulación en carretera, ya que a altas velocidades, además de incrementarse el riesgo en la conducción, se dispara el consumo de carburante este aumenta al cuadrado en relación con la velocidad.
  • Deceleraciones:
    • Levantar el pie del pedal acelerador y dejar rodar el vehículo por inercia con la marcha engranada en ese instante. (En estas condiciones y circulando por encima de unos 20 km/h, el consumo de carburante es nulo).
    • En curvas, se recomienda asimismo, con la suficiente previsión y anticipación, la utilización del rodaje por inercia con la marcha engranada para adaptar la velocidad del vehículo a la requerida para la toma de la curva. Si fuera necesario por el trazado de la curva, se frenaría además de forma suave y, en caso necesario, se reduciría a la marcha adecuada para su trazado.
    • Una vez que se entra en la curva con la velocidad adecuada a la misma, se recomienda mantener la velocidad durante el trazado de la misma llevando para tal efecto el pedal acelerador de forma estable en la posición requerida.
  • Detenciones:
    • Detener el vehículo utilizando el freno de servicio y, siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, sin reducir previamente de marcha.
    • Ejemplo: Circulando en una marcha larga, ante la posibilidad, de una detención, con la suficiente previsión y anticipación se levanta el pie del pedal acelerador y se deja rodar el vehículo por inercia con la marcha engranada en ese instante frenando de forma suave y uniforme con el pedal de freno hasta la detención.
  • Inmovilizaciones:
    • Si se prevé que una inmovilización supere los 60 segundos, es recomendable apagar el motor.
    • Si el vehículo está inmovilizado con el motor en funcionamiento, se está gastando carburante de forma inútil y contaminando el medio ambiente.
  • Anticipación y previsión:

    • Conducir siempre con una adecuada distancia de seguridad, y un campo de visión que permita ver 2 ó 3 coches por delante del propio.
    • En cuanto se detecte un obstáculo o una reducción de la velocidad de circulación en la vía, levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo.
    • En las deceleraciones se ha de frenar de forma suave, en función de la deceleración deseada, ya que de aumentar la fuerza de forma progresiva, no quedaría suficiente recorrido de freno para los últimos metros que es donde pueden finalizar la deceleración o llegar a la detención.

Se ha de circular previendo las circunstancias de la vía y el comportamiento de los otros vehículos y, en función de ello, anticipar las actuaciones que correspondan.

Sin embargo, en adelantamientos, incorporaciones a la vía o ante situaciones imprevistas en las que haya que acelerar o frenar bruscamente, no se debe pensar en el ahorro de carburante, sino en la seguridad de los ocupantes.

En la mayoría de las situaciones, aplicar las reglas de la conducción eficientemente contribuye al aumento de la seguridad vial. Obviamente existen circunstancias que requieren acciones específicas distintas para que la seguridad no se vea afectada.

Ejemplo: En situaciones excepcionales, si fuera preciso revolucionar el motor para comunicar una fuerte aceleración, la forma de proceder será reduciendo a marchas más cortas y acelerando en la medida necesaria.

TESTS DE CONDUCCIÓN ECONÓMICA.

Fuente de información: Manual del Conductor de la DGT.


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